Todo comenzó en el siglo XIX, cuando su pariente más cercano el bulldog inglés llegó desde su tierra natal hasta París. El bulldog francés que conocemos es el resultado de los cruces que hicieron los criadores de entonces. Conquistaron la sociedad con su buen carácter, y su apariencia robusta y graciosa. Desde entonces han mantenido su fama hasta nuestros días, siendo el perro de compañía preferido por muchos.
No creo que encuentres una raza de perro a la que le quede mejor un gorro ¡o un disfraz! Esta raza pequeña de perro ha sido fotografiada hasta la saciedad con la más variopinta variedad de complementos, trajes y sombreros que puedas imaginar.
Características del bulldog francés
El bulldog francés se caracteriza por su robustez, llegando a pesar entre 8 a 14 kilogramos tanto machos como hembras. La nariz llega a ser corta, ancha y levantada. Sus ojos son oscuros, redondeados y grandes, además parecen saltones, rasgo que le otorga una expresión despierta. Las orejas son su principal y más llamativo rasgo, son medianas, anchas en la base, erectas y de inserción alta como las de un murciélago. En cuanto a su cola es corta. Tiene un atractivo pelo, pues es raso, brillante y suave. Su color puede ser leonado, canela o leonado atigrado, a la vez que tiene parches de color blanco.
Personalidad del bulldog francés
Se puede decir que es una de las razas con el carácter más amigable, dulce, encantador, sociable y juguetón. Adora y requiere constante compañía, tanto que puede sufrir de ansiedad por separación si se deja solo por mucho tiempo. Al mismo tiempo, es sociable con personas, niños, otros perros y animales, aunque se debe realizar un proceso de socialización desde cachorro. Es dormilón y muy protector, especialmente con los niños, por parte de la hembra. Está constantemente alerta y es un buen guardián de sus dueños y hogar, aunque ladra solo cuando es necesario o cuando necesita algo.
Salud de la raza
El bulldog francés llega a tener una esperanza de vida de entre 10 a 12 años. Llegando a ser propenso a varias enfermedades, las cuales son provocadas generalmente por tener el hocico achatado. Estas son las narinas estenóticas, el paladar blando elongado, hemivértebra canina y degeneración de disco intervertebral. También se ve afectado por las cataratas, la sordera, la displasia de cadera, luxación patelar y distiquiasis.
Cuidados del bulldog francés
Con respecto a sus cuidados, esta raza requiere de mucha atención y compañía. Rasgo que lo hace una mascota perfecta para las familias con niños o las personas solas. Se debe realizar el cepillado semanal para retirar el pelo muerto. El baño puede ser ocasional, solo cuando esté sucio o 1 vez al mes. Las uñas se deben cortar cada 3 semanas.
Uno de los pasos de mayor importancia para su cuidado, es la limpieza de los pliegues en su cara. Primero con un paño húmedo y luego con uno seco. Esto es para evitar que se acumulen restos de comida o suciedad, que luego pueden generar una infección.
Ejercicio
En términos de actividad física, el bulldog francés necesita poco ejercicio, ya que se cansa rápido. Son suficientes los juegos dentro de la casa, aunque le va excelente un paseo moderado a diario para estimular su mente y su capacidad de socializar.
También es de importancia tener en cuenta que el juego no debe ser intenso para evitar un choque térmico. Tampoco tolera climas cálidos y se debe tener sumo cuidado si están cerca de piscinas, lagos o ríos, ya que no nadan bien.
Adiestramiento de la raza
El bulldog francés no responde de buena forma al adiestramiento tradicional, es por esto que muchos entrenadores dicen que son tercos. Al contrario, les va mejor el adiestramiento con clicker y refuerzos positivos. Puede llevar un buen tiempo enseñarle las normas para ir al baño porque van con más frecuencia si se compara con otras razas.